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PÚRPURA

Violencia de género, violencia machista, violencia contra las mujeres… estos términos son tan cotidianos que no nos detenemos a reflexionar sobre el propio concepto: Violencia. ¿Qué es violencia? ¿Qué es la violencia hacia las mujeres: un hombre malo que golpea a una mujer inocente? Sí, pero, ¿sólo eso? ¿Quién practica esa violencia?, ¿sólo los hombres malos? ¿No podría, por ejemplo, una familia modélica ejercer la violencia sobre la abnegada madre sometiéndola a un trabajo exasperante? ¿No puede ejercerla el Estado? ¿o la religión?, o ellas mismas, las mujeres, ¿no ejercen violencia sobre sí mismas al acomodarse a la dictadura de la tradición patriarcal, al dejarse humillar, al cargar voluntariamente con el yugo de la apariencia, al vender su cuerpo o al permitir que alguien opine sobre si venderlo es o no legítimo?

El 8 de marzo de 1908, en plena revolución industrial, el dueño de fábrica textil Cotton de Nueva York prendió fuego a las naves con las trabajadoras dentro, estando éstas en huelga. Tras el incendio aparecieron restos de tejidos de color púrpura.

Desde una ensoñación basada en este espacio de horror, Púrpura nos presenta a las trabajadoras de la fábrica Cotton, que salpicadas de tinte violeta transforman sus uniformes en indumentaria teatral para dar vida a una madre abnegada, tres chicas esclavizadas por los cánones de belleza, una prostituta y una condenada a muerte por lapidación en Oriente Medio; seis personajes marcados con el color púrpura del sufrimiento, de los moretones, de las malvas en los cementerios; marcadas con el estigma de ser mujer, el estigma de la violencia.

INTÉRPRETES: Nieves Pedraza, Ana Galán y Sara Ceacero
EDICIÓN MUSICAL: David Uclés
VESTUARIO: Lola Pedraza
ILUMINACIÓN: Eduardo Moyano.
SONIDO Y PROYECCIÓN: Antonio L. Pedraza
PRODUCCIÓN EJECUTIVA: Antonio L. Pedraza
AYUDANTE DE DIRECCIÓN: Antonio L. Pedraza
DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN: Francisco de Ana Muñoz